Jacques Ottonello

En invierno, el macizo del Mont-Blanc atrae a miles de esquiadores, excursionistas y montañeros. Para algunos, la estancia se convirtió en una tragedia, que requirió la intervención de los hombres del pelotón de gendarmería de alta montaña de Chamonix.Durante un invierno, Nicolas Moscara siguió a estos profesionales, utilizando cámaras colocadas en sus cascos para obtener imágenes espectaculares y originales. Así, filmó rescates en las profundidades de la montaña: el descenso al infierno de Rino, atrapado durante 24 horas en una grieta o el rescate milagroso de Michael, un esquiador estadounidense que cayó en el corazón del glaciar.

El Mont-Blanc con sus 4810 metros es el destino soñado de innumerables alpinistas.Cuando el guía de montaña Valais y el escalador del Everest Kilian Volken se embarcan en esta gira con dos invitados el 12 de julio de 2012, se desata una avalancha en Mont Maudit y nueve personas mueren, solo Volken (61) sobrevive gravemente herido, solo su cabeza y sus manos están Todavía sobresaliendo de las masas de nieve dura. En su arnés, siente el tirón de la cuerda de la que cuelgan los cuerpos de sus dos invitados. Las lágrimas mojan su cara, pero él no puede limpiarlas. ¿Por qué fue el único sobreviviente?Volken no ve ninguna lógica, no puede dormir sin drogas psicotrópicas; es el montañero extremo que ha escalado tres picos más de 8000 m, además del Monte Everest.